3 - 01

SECCIÓN 3
GEKIRYUU [UN RÁPIDO FLUIR[1]]

1. Malice Mizer Dattai no Shinsou
[La Verdad Sobre mi Marcha de Malice Mizer]
Cuando hablo de Malice Mizer, incluso ahora siento una mezcla complicada de emociones. Aunque seguí en solitario, una parte de mí espera que algún día pueda volver a hablaros sobre Malice Mizer.
Malice Mizer es algo de lo que aún me siento muy orgulloso y no cambiaría nada de aquello. Como grupo, me enorgullecía de las muchas y variadas cosas que conseguimos representar, y sus miembros eran también extraordinarios de forma individual.
Cada uno de ellos no era sólo una parte de un grupo de cinco, llamado Malice Mizer. De la unión de aquellas cinco personas surgía el poder que era Malice Mizer.[2] A causa de esto, cada uno adquirió la capacidad de seguir una carrera en solitario. Desde el momento en que me uní a ellos, no cesé de decirles esto. ¡Si podíamos lograr hacer aquello, Malice Mizer conquistaría Asia! Esa era la imagen que tenía para la banda.
Me uní a ellos en el otoño del 95, y Malice Mizer, que estaba experimentando unas condiciones que los había llevado al borde de la disolución, comenzaron una gira de “renacimiento”. Pasaron casi dos años hasta nuestro debut oficial. Incluso realizamos nuestro sueño de tocar en el Budoukan.
Malice Mizer lo consiguió. Fuimos capaces de conquistar Asia. Pensé que nada podía salir mal con mi sueño. Sin embargo… hubo, obviamente, un punto desde el cual nuestros engranajes comenzaron a salirse de su lugar.
En aquella época nos acercábamos al final del período del “boom” del “visual kei”. Aunque muchos grupos no querían decir que eran visuales, yo lo decía claramente: “Somos visual kei”. Nadie tuvo problemas con que dijera eso.
Con toda honestidad, no me importaba lo que la gente dijera. Si tengo mis propias creencias y los demás desean censurarme por ello, no me importa lo que hagan.
Si ahora pienso en ello, la causa de la ruptura de Malice Mizer fue mi propio individualismo y confianza en mi mismo, y la amplia diferencia entre las preocupaciones personales de los miembros del grupo.
La primera vez que nuestras relaciones se volvieron tensas fue cuando se acercaba el concierto en el Yokohama Arena (Julio del 98). La gota que colmó el vaso fue que había escrito la música para “Le Ciel”. Hasta entonces, mi cometido era escribir las letras y Mana o Kozi se encargaban de la música. Con “Le Ciel” fue la primera vez que me encargaba tanto de la música como de la letra. Entre nosotros, yo era el único que hacía ese tipo de cosas, aislándome por completo de los demás.

Cuando me di cuenta de eso, me quedé sorprendido. Me enfrenté con los demás miembros de la banda y nos separamos de manera cordial. No hubo mediador y nadie me pidió explicaciones.

Aunque, algún tiempo después me dije “¿No debería haber hecho lo que hice con “Le Ciel”?”, lo cierto era que deseaba volver al grupo. Pero, al final, eso no ocurrió.
Pero, por encima de todo, el problema era el dinero. El dinero es algo terrible. Lo aprendí cuando trabajaba de relaciones públicas. De pronto, si ganas un montón de dinero, pasas a la fase en la que no te importa el valor de nada.
Por ejemplo, hay personas que tienen un modo de vida de 150,000 yenes al mes[3]. La comida cuesta 500 yenes, la cena 1000 y, ocasionalmente, gastarán 3000 en algún capricho. Pero, un día despiertan y, de pronto, sus ingresos se han multiplicado por cien y terminan ganando 15.000.000 al mes… ¿Qué pasa entonces?
Ahora de todo se reduce a una centésima parte. Los 500 yenes de la comida se gastan como si fueran 5. Por esta regla, gastar 3000 yenes en la cena diaria no es un problema, ¿verdad? Así piensa la gente. Sin embargo, los 3000 yenes que te parece que estás gastando son, en realidad, 300.000.
Esa forma de sentir está cerca cada vez que ganas montones de dinero de repente. Del precio de la etiqueta es como si quitaras dos ceros. Si es una camisa de 28.000, parece que se quede en 280. Así que, gastar dinero es normal[4].
Cuando estaba en Kyoto, mi sentido de las finanzas estaba un poco desquiciado y desarrollé un hábito de comprar de todo. Estaba en la posición mental de “no pasa nada, tengo dinero”. Sin embargo, cuando esto sucede, tu círculo de amistades cambia. Los amigos que has tenido hasta la fecha se retiran y la gente queda detrás son los que su único propósito en la vida es el dinero.
Si ganas dinero, aparece una sensación de “¿no me pasará ninguna desgracia?”. Sin embargo, no es ese el caso. No se capaz de librarte de la obsesión de ganar dinero es lo que te hace una persona infeliz. El dinero despierta un extraño sentido, como un chorro de agua caliente, y los que no lo tienen no piensan en ello.
Después de irme a Tokio, dejé el trabajo de relaciones públicas y crupier. Lógicamente, me quedé en seguida sin dinero. “¿Are?”, dije. Estaba completamente arruinado. Entonces no podía creerlo. Cuando vi lo que quedaba en mi cuenta, fue una sensación tan extraña que pensé: “¡Tienen que haberme robado!” No había dejado de pensar en las camisas de 30.000 yenes como si fueran de 300, pero es que ni siquiera ganaba esos 300…
Al cabo de algún tiempo, uno llega con amargura y arrepentimiento a la fuente de esa sensación. Y entonces, te ves reflejado y dices “¡qué estúpido he sido!”
El dinero vuelve loca a la gente. En verdad, mi propio egoísmo me estaba volviendo loco a mí.
Gracias a esta lección, cuando Malice Mizer alcanzó el éxito y todos estábamos haciendo un montón de dinero, mi corazón no se inmutó. Pero eso no fue así para todos.
Cuando ganas mucho dinero, algunas personas se apartan de ti y otras se acercan. Cuando eso sucede, surgen los rumores y la gente cambia. En el grupo, cuando comenzamos a hacer dinero, les conté a los demás los errores que yo había cometido en el pasado. Les dije: “El dinero os hará hacer cosas extrañas. ¡Despertad, por favor!”
Pero parecía que no comprendían mis verdaderas intenciones. Si no lo experimentaban una vez, por sí mismos, probablemente no sabrían de qué estaba hablando. Confiaba en que, algún día, se darían cuenta de esto.
Entonces, un día de 1998, cuando empezábamos a dejar atrás el calor del verano, celebraron una reunión con los miembros del grupo. Aunque, normalmente, a las reuniones sólo acudían los componentes de la banda, ese día, cuando llegó la hora señalada, todos mis compañeros y el presidente de la compañía estaban allí, esperándome.
-¿Qué hace aquí el presidente? –pregunté.
Y alguien contestó:
-Porque Malice Mizer se ha terminado.
¿Eh?
Y, justo después de que pensara eso, lo dijeron:
-Ya no podemos seguir trabajando contigo.
En ese instante, no sentí gran cosa. Así que, dije que me gustaría que Malice Mizer continuara aunque yo me marchara. Pero la respuesta del grupo fue, en todo caso, que serían incapaces de hacer eso.
Muy bien, no diré más. No voy a insistir.
En este caso, no podía decir eso. Si este era el final, también había un modo de evitarlo. No importaba qué ocurriera al final, ¿podría cerrar el telón ante las narices de los fans que me habían apoyado hasta ahora? Aquello era lo más importante.
Mientras yo decía aquello, alguien comenzó a decir cosas desagradables.
-¿No te basta que hayamos sacado un CD? Al menos se está vendiendo…
Me enfurecí ante esas palabras.
-¡No me vengas con esas! ¡No podéis burlaros así de los fans[5]!
En mi enfado, me levanté y me fui. La tristeza que sentí entonces fue, en mayor parte que la rabia, la responsable de que hiciera lo que hice. Me sentía miserable.
Esa es la verdad de por qué dejé Malice Mizer.
No pretendo echar las culpas a nadie con esta historia. Fue un problema por estar ganando demasiado dinero. Por las diferencias de conciencia de los miembros del grupo. Por una poderosa obsesión. Malice Mizer = lo que una vez fui = una ansiedad que me hacía ser lo que no era. Había cosas que pesaban poderosamente sobre nosotros, y se convirtieron en un círculo vicioso que acabó hiriéndonos a todos.
Entonces no hubo otra salida… eso es lo único que creo.
-o-
Extraído en inglés de Cool Like Plastic – Traducido del japonés al inglés por Gerald Tarrant de Shiroi Heya –Traducido del inglés al español por MIRROR – GACKT SHRINE